martes, 21 de diciembre de 2010

Que es el Kirchnerismo?

Sigue el debate...el mismo se dió este último Viernes 17/12 día de reunión de nuestra Agrupación, y se repite en cuanta reunión o foro exista,con dos posiciones muy encontradas: una que lo engloba dentro del Peronísmo, no aceptando que trascienda sus fronteras ideológicas y otra que lo hace mas abarcativo no teniendo en claro aún sus límites.Seguramente quien exponga y defienda una de las posiciones no estará satisfecho de los argumentos esgrimidos por quien defiende la otra, y ahí esta el método dialéctico en su máxima expresión.
Con el fín de profundizar el tema, considerando que el mismo tampoco con esto se agotará,transcribimos un escrito de Lido Iacomini (Carta Abierta) último panelista invitado, con el cual tuvimos el privilegio de compartir este intercambio de ideas.

Resignificaciones

Como producto del rápido balance que vastos sectores sociales debieron hace ante la muerte de Néstor Kirchner, se hizo visible la magnitud alcanzada por su liderazgo, permitiendo consolidar y socializar la existencia del kirchnerismo, poniéndolo en acto con una imponente manifestación espontánea. Culmina de emerger así una expresión identitaria abarcatoria, no sólo de una mayoría peronista resignificada, sino de fracciones hasta el momento dispersas de otras tradiciones políticas populares y sobre todo hincando en grandes franjas juveniles en proceso de constitución política.
Mirando hacia atrás se podría decir que este resultado aún en fermentación tuvo un lento devenir y si no se sintetizó mucho antes se debió, entre otras razones, a las condiciones en que arrancó la actual etapa política con los sucesos trágicos de Diciembre del 2001, expresión potente de la debacle del modelo neoliberal en nuestro país y de la llamada “crisis de representación política”, simbolizada en el “que se vayan todos”. Si la historia previa a ese Diciembre había sumido en una dilución deformante a los perfiles del peronismo y el radicalismo, licuando a su vez a un novel “progresismo”, el año y medio posterior evidenció ante los sectores populares huérfanos, la inmadurez y esterilidad de una izquierda incapaz de hacerse presente en la historia real, perdiendo su brújula entre los estantes de una biblioteca sin carnadura argentina. Este es uno de los sustratos no identitarios del prekirchnerismo.
Y llegó Néstor Kirchner, un dirigente que fue capaz de leer la magnitud de la crisis y en el discurso inaugural de la presidencia inesperada leyó un discurso-programa también inesperado. Y comenzó una marcha zigzagueante en la cual el pragmatismo le permitió ir reconociendo, a través de una práctica de acierto y error, los caminos más acertados a elegir. Si como muchos decimos, ante las crisis, derrotas o encrucijadas abismales que le presentaba la coyuntura, la elección de éste gobierno (tanto el de Néstor como el de Cristina) fue profundizar el rumbo, significa que lo más claro que tenían era el objetivo general, el destino final de la acción política.
Pero también es cierto que la trayectoria estuvo sembrada de errores y limitaciones, políticos unos, estructurales otros, que fueron limitantes en la construcción de un liderazgo claro y contundente. O paradoja cruel del destino o ley insondable de las construcciones míticas, la clarificación masiva del lugar del liderazgo se conjuga y condensa con la muerte de quien lo encarna. Pero deja para el pueblo y la nación el símbolo de una época y a su sucesora y compañera de senderos y de luchas, la presidenta Cristina. Ésta tiene un plazo fijo, las elecciones del 2011, para revalidar su legado y el liderazgo, en medio de la expectativa esperanzada y la participación militante de un movimiento popular en expansión y redefiniendo sus perfiles.
Si el nacionalismo popular, propio del mejor peronismo rescatado por los 7 años de transformaciones kirchneristas, constituye el carozo y material esencial, en formación a partir de los hilos de su historia, el antineoliberalismo militante post 2001 lo excede en mucho. Digo para ejemplificar que el latinoamericanismo ya en pleno desarrollo en el primer quinquenio de este siglo (que la experiencia kirchnerista potenció) abarca a un “progresismo” de izquierda y centroizquierda que resurge de sus decepciones y aún hoy está en disputa y cuyas derivas no pueden quedar sin consideración y sin políticas no sectarias de captación.
No ha sido ajeno a este problema el grupo gobernante, cuya evolución en este aspecto merece observarse, en sus éxitos, fracasos y sus expresiones actuales. En el período de la transversalidad fue expuesta por diversos analistas una visión de los Kirchner que promovía la creación de dos partidos o grandes movimientos en la Argentina (uno de centroizquierda y otro de centroderecha). Al fracaso de este intento aún no se lo ha digerido porque ni siquiera se lo ha analizado. Estábamos aún en la época de fortaleza de los movimientos sociales y de debilidad relativa de los sindicatos.
Luego de la lucha por la 125 se produce un reanimamiento del activismo y la militancia, el reverdecimiento de tendencias que rescatan las mejores estirpes en la CGT, la conformación de un polo nacional popular en la CTA y de una lógica movimientista en ciernes.
Pero también es visible particularmente en Cristina perfiles que no son deriva pura del movimiento popular al que pertenece sino de una cruza política (y que en la pareja histórica que fuera con Néstor parecían un ejemplo de complementación). El racionalismo sistemático del discurso de Cristina le imprime una impronta de otra estirpe y en ese sentido puede ser expresivo de la etapa post 2001 junto a la imagen peronista que legó Néstor. Ninguno de éstos fenómenos son puros y mucho menos los hilos constituyentes de las tramas sociales que los originaron. La política, en una etapa ofensiva actualmente es curso, puede y debe soldar estos hilos, estas hebras culturales constitutivas de los viejos y nuevos sujetos sociales de nuestra historia.

                                                                                                          Lido Iacomini
                                                                                                         (Carta Abierta)

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