martes, 27 de octubre de 2015

CARTA ABIERTA A LOS LABURANTES QUE VOTARON A MACRI:



Te escribo esto a vos, que vivís de tu sueldo o de tu auto o de tu boliche. Te escribo esto para que no te infrinjas un daño a vos mismo.
Soy laburante de familia de laburantes, nunca me cayeron bien los niños ricos (nunca los vi tristes, la verdad), que no saben lo que es agachar el lomo, levantarse a las 5 de la mañana, viajar una hora y media apretado para llegar al trabajo, ni bancarse a un jefe turro que te jode todo el día.
Ahora parece que, gracias a tu voto uno de esos niños ricos puede ser Presidente. A lo mejor te cae simpático, le crees cuando dice que va a hacer una Argentina para todos. Quizás no te gusta el gobierno, quieras “cambiar” y te parece que votar a Macri es la única alternativa.
El problema es que este tipo, no viene a solucionarte los problemas a vos, si no que viene a saquear otra vez el patrimonio nacional (que es tuyo y mío y de todos), entregar las reservas a las grandes empresas y a los “acreedores” internacionales. Viene a bajarte el sueldo o la renta diaria si sos independiente, porque va a gobernar para su clase, que es la clase alta, esa crema que tuvo y tiene las riendas de la economía. Este tipo viene a re-endeudar al país, o sea a vos y a mí y a nuestros hijos, después de lo que costó y cuesta pagar la deuda que empezó con Martínez de Hoz.
Este tipo no está interesado en tu situación, en ocho años de gestión en la Ciudad de Buenos Aires, no terminó el hospital de Lugano, no construyó ni una escuela, apenas construyó viviendas, multiplicó la deuda de la ciudad por cinco, compró para el subte coches viejos que estaban destinados a chatarra, entregó contratos millonarios a amigos y adherentes, dejó a cinco mil pibes sin vacantes en jardín y  primaria, no solucionó los problemas históricos de la venta callejera, la basura, la suciedad, no urbanizó las villas como mandan la leyes de la Legislatura porteña, a duras penas extendió las líneas de subte (todas extensiones iniciadas antes de su mandato), hizo que la ciudad fuera el único distrito del país donde aumentó la mortalidad infantil…. Y todo esto a pesar de tener un presupuesto multimillonario que es el mayor per cápita del país.
¿Por qué merecería tu voto alguien tan inepto, tan inconsistente?... busca en internet declaraciones de él sobre cualquier tema y vas a ver las contradicciones, los idas y vueltas, hace unos años dijo que privatizaría todo , después dijo que no, se enojó cuando se recuperó YPF, después dijo que estaba bien que sea del Estado y quiere poner a manejar la energía argentina al CEO de Shell (¿a quién pensás que va a favorecer un ñato como ese?), criticó la asignación universal por hijo, después dijo que la sostendría, criticó que se le entregara netbooks a los estudiantes secundarios de todo el país y después te miente que defiende la educación pública….
A lo mejor te preocupa el narcotráfico, la inseguridad, ¿pero vos crees que Macri que no pudo (o no quiso) sacar a la mafia de venta callejera de Once, va a solucionar esos problemas?,  y te recuerdo que de todas maneras vivimos en un país federal donde son las provincias la que manejan este tema así que el gobierno nacional sólo puede dar pautas generales, y de paso fijate que las policías de Santa Fé y Córdoba tuvieron o tienen vínculos comprobados con el narcotráfico y ninguna de las dos son gobernados por el Frente para la Victoria, fijate que Macri puso al Fino Palacios a organizar la Metropolitana y el tipo está procesado por encubrimiento en el caso AMIA, nada menos. La Metropolitana está llena de exonerados de la Federal y la Bonaerense por actos de corrupción.
No te olvides de cómo estábamos hace 13 años, te vi reclamando laburo en las calles, quizás te vi pedir comida también, o pedir que te devolvieran la guita los bancos, te vi con tu viejo reclamando porque ganaba $150 de jubilación, me acuerdo de tu cara porque también era la mía: triste, desesperanzado, abatido, puteando al país. Te guste o no te guste este gobierno, hoy estamos de pié, no nos arrodillamos ante nadie, la Argentina es un ejemplo en el mundo sobre su recuperación, también de cómo avanzó la ciencia, la tecnología, la industria, el comercio, el turismo, el mercado interno, … acordate, porque este tipo nos va a dejar otra vez culo al aire, porque es representante de los intereses de las minorías, de adentro y de afuera, que no te quieren a vos ni a mí… ¿no lo entendés?, ellos vienen a saquear a la Argentina otra vez…
¿No te gusta Daniel Scioli?, no te voy a convencer, pero no lo votes a Macri, el “cambio” que nos ofrece es volver al pasado, al desguace del Estado, al endeudamiento irracional, a la desocupación y los bajos salarios, porque ellos mismos lo dicen: está muy alto los sueldos en dólares, hay mucho “gasto público” (o sea muchos jubilados, muchos maestros, muchos médicos, mucha obra pública, etc), tenemos que ser competitivos (o sea, tener mano de obra barata), y podemos continuar así hasta el cansancio.
El PRO nos habla permanentemente sobre el sector externo, reclamando “sinceramiento cambiario” (o sea, devaluación), rebaja de “costos” (salarios, impuestos), cuando en realidad el sector externo argentino (exportaciones/importaciones) sólo representa el 27% del producto bruto (aclaramos que este sector se ha más que duplicado desde el 2003) en cambio la incidencia del mercado interno en el empleo llega al 90% de la economía.
A Macri y a sus aliados de clase sólo le interesa fugar divisas (previo conseguirlas vaciando al Banco Central), hacer negocios con el poder financiero internacional y maximizar ganancias de las empresas exportadoras (Techint, Complejo Aceitero, pools de siembra, etc). No les interesa la industria nacional, las PYMES, las cooperativas, los pequeños productores agropecuarios y menos los asalariados.
Tipos como Macri en los noventa felicitaban a Menem-Cavallo por la “apertura económica”, que sabemos en que terminó, los felicitaban por la extranjerización de la economía, por el saqueo de las jubilaciones, por el derrumbe de la ciencia argentina (paralización del Plan Nuclear, de la investigación aéro-espacial, de la bio-tecnología, etc), los felicitaban por los sueldos miserables que tenían los maestros, las enfermeras, los agentes de policía.
¿No te gusta Daniel Scioli?, no te voy a convencer….
Pero si votás a Macri deberías saber por qué.





lunes, 5 de octubre de 2015

SÁBALOS EN EL RIACHUELO

ESCUCHA EL PROGRAMA DEL DÍA SÁBADO 03 DE OCTUBRE: SATÉLITES PARA LA VICTORIA, CRECE LA ECONOMÍA Y EL CONSUMO, LOS DESECHOS NO SON TANTO, LA MULTITUD ES SABIA, LAS MAFIAS DEL TRÁFICO ILEGAL, ADELGAZA DILMA (Y EL ESTADO TAMBIÉN), Y MUCHO MASSSS



jueves, 1 de octubre de 2015

LAS RAZONES DE UN MODELO

Si es cierto aquello de que la política es economía concentrada, la década última marcó un cambio sustancial en la distribución del ingreso . El punto central de la política económica kirchnerista fue el ensanchamiento del mercado interno, base para sostener el consumo y el empleo.

Un buen nivel de sueldos mediante las paritarias y un razonable ingreso básico para los jubilados, vía un doble aumento anual de los haberes, marcó el punto central de esa política. Esa fue también la base para generar recursos impositivos que, sumados a los superávits del comercio exterior, permitieron obtener los recursos necesarios para impulsar la salud, la educación, las obras públicas y para sostener los planes sociales, además de solventar el funcionamiento del estado.

Este círculo virtuoso ha sido atacado sistemáticamente por el establishment y sus voceros, los grandes medios corporativos de comunicación, por ser favorables a la mayoría de la población, aunque “perjudicial” para sus intereses, extremo este que podría ser largamente discutido. Basta ver las ganancias anuales después de impuestos del campo mediano y grande y de todos los bancos para estar en desacuerdo. Por ejemplo, en los primeros nueve meses de 2014 la banca ganó un 82,7 por ciento más que en el año anterior.

Eso fue posible porque las políticas kirchneristas recuperaron la producción, el consumo y el empleo, redujeron severamente la deuda externa, cancelaron sus compromisos con el FMI y acordaron el pago al Club de París (una vieja deuda de la dictadura), amén de sostener un aceptable nivel de salud y educación, realizar obras públicas como nunca antes en los 30 últimos años, construir viviendas, desarrollar la ciencia y la tecnología nacionales, recuperar las grandes empresas públicas que habían sido privatizadas durante el período liberal y ofrecer subsidios al consumo mediante numerosos planes sociales. Este diagnóstico no es ideológico ni político; es objetivo.

Es una cuestión de primer orden en un país donde la opinión de la clase media decide la orientación de la opinión pública.  Ocurre que el establishment no soporta que se le arrebate el poder político, aunque esta pérdida no se traduzca en una disminución de sus ganancias. Hay dos siglos de experiencia histórica detrás de esta afirmación.

Desde 2003 el kirchnerismo le discute al establishment la conducción política, económica, social y cultural de la sociedad, es decir, pelea palmo a palmo por la hegemonía, cuyo objetivo es lograr que la mirada propia sobre la realidad siga siendo --o se convierta-- en mayoritaria. El establishment no puede digerir que le disputen la hegemonía. Las pruebas de esa intolerancia están a la vista.

De eso se trata la lucha por el poder, tal como la definiera el filósofo italiano Antonio Gramsci. Se pelea para eso, y con ese objetivo se emplean todos los medios disponibles.

En el escenario argentino hay dos proyectos en pugna. Uno es el actual, que ha logrado separar la economía (y por ende la política) de los intereses del establishment. Y otro es el que busca unir esas partes de nuevo.

El primero es un proyecto nacional y popular, mercado-internista, distribucionista en términos de ingreso e igualitarista en cuestiones sociales, que ahora es representado por el kirchnerismo como antes lo fue por Perón, el fundador de esta ideas. El otro es el viejo plan reaccionario acomodado a las necesidades rentísticas de los distintos sectores de la burguesía (el financiero, el agropecuario y el de la industria más concentrada), que fueron representados históricamente por el Partido Conservador, por los seis golpes militares del siglo 20, por el peronismo de Menem (que no se presentó a la segunda vuelta en 2003 por temor al repudio) y por el radicalismo reaccionario de De la Rúa (que huyó de la casa Rosada en helicóptero dejando una estela de 30 muertos).

Por eso la coalición PRO-UCR-CC se parece cada vez más a la Unión Democrática de 1946, que reunió a conservadores, liberales, radicales, demo progresistas, socialistas, comunistas e independientes. Hoy sólo les falta la pata izquierda. Entonces Perón los enfrentó en las urnas y les dio una paliza electoral, a todos ellos y a su mentor, el embajador de Estados Unidos, Spruille Braden. 

Los dos últimos períodos de dominio hegemónico burgués-corporativo (Menem y De la Rúa) terminaron mal.

Todo indica que el proyecto en curso terminará bien, sin la crisis fenomenal y sin los muertos que dejaron a su paso los anteriores. Porque disciplinadas las fuerzas armadas al poder político y neutralizado el conservadurismo de la Iglesia, sólo el poder económico más concentrado y sus portavoces mediáticos (que no es poco) son rivales de peso.

En ese sentido mucho es lo que se ha avanzado desde la muerte de Perón hasta hoy. Al trípode Establishment-Fuerzas Armadas-Iglesia le queda una sola pata. Los tanques han sido reemplazados por lo medios. Con eso les alcanza para pelear, pero no para ganar. Cuando la Ley de Medios complete sus objetivos sólo quedará en pie el poder económico, que aunque todavía es mucho ya no será tanto.

Recientemente La Nación y Clarín, entre otros medios, hicieron una denuncia que es un elogio al kirchnerismo: el gobierno distribuye aportes a 17 millones de personas entre jubilaciones (6,5 millones) y planes sociales de distinto tipo (10,5 millones). Eso cubre a más de un tercio de la población del país.


Decisiones como estas son las que hacen la diferencia; toda la diferencia.

Por Norberto Colominas