Termino el
año 2012, bisiesto, profético, y cabe hacer un repaso por los acontecimientos
trascendentes que nos aportó.
Empezaremos
por los logros, son muchos y variados: reforma a la carta del Banco Central,
recuperación de YPF, sostenimiento del superávit comercial, limitación severa a
la fuga de divisas (con apriete a multis y a mineras incluído), plan
Pro.cre.ar, reelaboración del código civil y comercial, regulación del mercado
de capitales, ley de igualdad de género, voto a los 16, ingreso de Venezuela al
MERCOSUR, y muchos otros que quizás no tengan tanto rating.
Estos
logros se fueron consolidando porque existe un proyecto claro, una conducción
firme y un equipo de trabajo que permanentemente gestiona y ejecuta.
Dentro de
este equipo hubo quienes ascendieron a roles mas importantes y otros que
perdieron manejo. Entre los primeros está el ministro Randazzo que se puso al
frente de la gestión de Transporte (papa caliente si las hay), un área en la
que el gobierno no tuvo su mejor desempeño. También el ministro Lorenzino jugó
un rol importante y ganó en exposición mediática, a pesar de que se lo
presentaba como un “segundón”, y pudo mantener protagonismo soslayando el hecho
que su antecesor (Boudou) es figura con peso propio. Lo mismo se puede decir
del ministro Alak, que no era un funcionario muy expuesto hasta ahora, pero la
pulseada con la Justicia
lo llevó a primerísimos planos y está teniendo una actuación destacada. No
podemos dejar de mencionar a la estrella ascendente de Axel Kicillof, que con
su hiperactividad está supervisando temas tan bravos como hidrocarburos, monopolios,
plan de viviendas y otros.
Entre los
compañeros que tuvieron una merma en su poder esta el ministro De Vido, que
perdió Transporte, casi hidrocarburos y ahora también parte del control de las
obras públicas a manos del Ministerio de Economía. Para Nilda Garré también se
presentó un recorte de funciones con la aparición de Sergio Berni, cambio
motivado quizás por la tragedia de Once y por la necesidad de “contener” un poco
las protestas salvajes de sectores adversos. Otro que no tuvo buen año es el
ministro Puricelli seguramente con destino de pronta renuncia.
En el otro
plato de la balanza tenemos, claro, lo negativo, aunque en un proceso de las
características que tiene este, la palabra “negativo” no es quizás la mas
adecuada, ya que se trata de la simple y pura reacción de los sectores hasta
ahora dominantes, a las políticas del kirchnerismo.
Y en ese
rincón ubicamos al ya mencionado accidente del Sarmiento, los caceroleros teleguiados, los paros y
piquetes de la descabellada entente burócrata-trotskysta-rural y sus actos
escuálidos, los ataques de los fondos buitres, los asaltos coordinados al
estilo “saqueo” en connivencia con fuerzas del orden e intendentes, las miserias
(o riquezas, bah,,) de la
Justicia , la postergación (otra) de la adecuación del grupo
clarín, el conato de rebelión de
Gendarmería y Prefectura, y el frenazo al crecimiento económico ejemplar del
2010-2011.
Con la
división de la CGT ,
y los chispazos con algún gobernador, se fue también moldeando un año de
afirmaciones necesarias, dejando mas claro de que lado está cada uno en este
proyecto.
Y un
párrafo final a la política fatal del PRO en la ciudad: mas que no tener techo,
la gestión macrista no tiene piso, es un continuo dislate polifónico que agobia
al mas resistente de los porteños, y eso nos compromete mas a la militancia
para que en los comicios sea rechazada
la continuidad de ese espacio y se lo pueda limitar en su dañino
proceder, y vuelva la ciudad a ser manejada por personas con un mínimo criterio
social.
Buen año
el 2013, eso es seguro.
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