viernes, 24 de junio de 2011

GRECIA: LOS BÁRBAROS ATACAN DE NUEVO

En un estudio que realizamos en 2008 para demostrar por qué Argentina estaba en el G-20 (es decir se trataba de demostrar que somos unos de los 20 países más importantes del mundo), descubrimos que Grecia aparecía en estadísticas del FMI con un PBI de U$S 360 mil millones, superior a la Argentina que ostentaba entonces U$S 285 mil millones (hoy las cifras se han invertido).
Es cierto que todos los PBI de la Unión Europea están inflados, por la relación euro/dólar -y por otras cosas más que seria extenso desbrozar- pero el caso griego era (es) el paroxismo de la sanata de la patria global-financiera. Se trata de un pequeño país (el cual hemos recorrido) de 11 millones de habitantes, montañoso, casi sin ríos, con escasas tierras fértiles, con poco despliegue industrial y energético, donde solo podemos destacar el turismo, los astilleros, y una buena producción de olivos, vino y algunos otros cultivos. Es decir no tiene ni cerca el potencial industrial de Holanda, Bélgica, Suiza o el petróleo de Noruega, naciones que son comparables en superficie y población. La conclusión: hay algo que no funciona bien en las evaluaciones estadísticas de Grecia.
La deuda externa griega asciende a casi U$S 450 mil millones, casi una vez y media su PBI actual, y haciendo una simple cuenta llegamos a que cada habitante debe la friolera de 41.000 dólares al exterior, y cada familia promedio 164.000 dólares.
¿Cómo se llega a semejante endeudamiento?. Las razones son varias, pero una de ellas es la muy desfavorable balanza comercial: en el 2008 (año previo a la crisis) exportó U$S 75 MM e importó U$S 114 MM, es decir un desbalance de casi U$S 30 MM.
La elevada cifra de importaciones se justifica en parte porque Grecia no cuenta con fuentes energéticas y es importador de alimentos, pero además (y aquí está la clave), ha comprado una excesiva cantidad de bienes de capital fundamentalmente a Alemania (maquinaria pesada, máquinas-herramienta, equipamiento vial y ferroviario, etc) seguramente muy por encima de sus posibilidades reales, y esa es una de las trampas de la UE: los poderosos como Alemania, Francia o Italia ofrecen créditos “blandos” o compran bonos emitidos por el Estado para financiar bienes muy costosos que naciones como Grecia, Portugal o Hungría (que sortean reparos técnicos “inflando“ sus economías) no soñaban poseer y caen en la trampa. Aparece entonces la paradoja: Grecia está acorralada por bancos franceses y alemanes que en su momento compraron bonos de la deuda y le endilgan ahora que es un pueblo poco productivo y muy gastador…. ¿antes no lo sabían?
Por supuesto ahora le exigen privatizar todo lo que puedan, a saber: puertos electricidad, rutas, comunicaciones, etc…. Y ¿quién los va a comprar?, naturalmente compañías alemanas, francesas, italianas, inglesas, etc … un negocio redondo.           
No es la primera vez que los griegos enfrentan formidables amenazas externas, pero… ¿surgirá un Leónidas para hacerles frente heroicamente o un Temístocles que pergeñe una estrategia salvadora?...
Por último una humilde sugerencia a los bancos que le prestaron al país helénico: vayan averiguando donde vive Magoya porque los pobres griegos NUNCA van a poder pagar semejante deuda, ni que trasladen toda el Acrópolis a Berlín, a donde sí dejaron llevar los otomanos las ruinas de Pérgamo, antigua ciudad griega ubicada en Turquía.

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