El gobierno nacional
continúa con su miríada de mentiras flagrantes, en una escalada que tiene pocos
precedentes en nuestra historia. El presidente afirma muy suelto de cuerpo, y
lo repiten sus aláteres impúdicamente, que el país se “quedó sin energía”, como
si se hubiera secado un aljibe o vaciado el tanque de nafta de un automóvil.
Esta tremenda falsedad que
reparten generosamente los medios, funcionarios, “expertos” variopintos,
contiene el propósito de hacer creer a la población que el sablazo brutal de
las tarifas es algo inevitable.
No hay mejor respuesta a
esta falacia que dar unos simples y contundentes datos:
- Producción de gas (2015) 42.895 millones m3
por año (puesto 20 en el mundo)
- Producción de petróleo (2012) 582.000 barriles por día (puesto 30 en el
mundo)
- Producción de electricidad (2014) 138.500 millones Kwh (puesto 27 en el mundo)
- Exportación de petróleo crudo (2015) 31.070 barriles por día contra una
importación de 3450 barriles por día
- Consumo de energía por habitante (2014) 3093 Kwh por habitante en línea con países de
desarrollo medio como Brasil 2529, Irán 2889, Polonia 3938, Chile 3879;
superior a México 2057, Colombia 1177, Perú 1270 y en promedio 40% inferior a la Unión Europea.
(Estos datos deben ser
evaluados teniendo en cuenta que por población Argentina ocupa el puesto 30)
La realidad es que
necesitamos importar energía (gas y combustibles) debido al fenomenal aumento
de la actividad económica y del consumo de los últimos 12 años, pero esa
importación (cosa que realizan la mayor parte de los países del mundo) sólo es
complementaria: importamos aproximadamente 11.000 millones de m3 por año de gas
y esto representa un poco mas del 25% de nuestra propia producción, y la
importación de combustibles refinados sólo alcanza un promedio del 10% de la
producción.
La necesidad creciente de
importación de energía es responsabilidad también del declive de producción
efectuado por las compañías petroleras, sólo frenada y revertida a partir de la
toma del control de YPF en 2012, y ahora esas mismas compañías son las que
controlan el flamante Ministerio de Energía, tomando medidas para su exclusivo
provecho.
Se critica a la gestión
anterior por haber basado la matriz energética mayoritariamente en el gas pero
en realidad esto ya venía dado ya que en el año 2000 la incidencia del gas era
del 47% (en 1980 era de un 25%) y en el 2014 tenemos un 52% de incidencia del
gas, lo que implica un aumento poco significativo. Por otra parte es bastante
lógico que esto sea así debido a las cuantiosas reservas con que cuenta nuestro
país del fluido (con Vaca Muerta incluida existe un horizonte de mas de cincuenta
años de reserva).
El 60% de la energía
eléctrica que generamos (33.141 MW de potencia instalada) es por medio de gas y
derivados del petróleo, porcentaje que se verá reducido cuando estén activas
(¿llegará ese día?) las represas de Santa Cruz, Chiuhido I, y otras tres
centrales nucleares (todos proyectos iniciados por el gobierno anterior y con
financiamiento asegurado) al 50%. Es notable que el gobierno kirchnerista es el
único en más de 25 años que se preocupó por la generación eléctrica no-térmica,
finalizando Yaciretá, Atucha II, iniciando la instalación de energía eólica y
solar, etc, cosa que habían ignorado los gobiernos anteriores.
Por todo esto decimos:
¡basta de verso!.. aquí lo único que prima es el saqueo liso y llano de
nuestros bolsillos por parte de Shell (Aranguren, Balboa), Edesur (Caputo),
Edenor (Lewis, el inglés amigote de Macri), y demás grandes empresas del
sector.
Y como paradoja de la época,
parece que PDV sur, filial de PDVSA, la petrolera estatal venezolana está en
problemas financieros y podría ser comprada por Shell ¿se acuerdan de cuando Néstor casi convence a
Chávez de que PDVSA comprara ….Shell? ¡Qué duro, compañeros!
Fuentes:
Instituto Argentino del
Petróleo y el Gas / Banco Mundial / OEC / Trade.nosis.com
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